Ferrer&Ojeda inicia su relación de colaboración con el cliente en 2012, tras haber superado la crisis financiera. Nuestro objetivo principal era poder asegurar el riesgo principal, un activo con más de 60 millones de euros en capital asegurado y con un % de cúmulo de riesgo muy elevado, que provoca dificultades de aseguramiento debido a su alto nivel de posibilidad de siniestro por incendio.
Para mejorar su programa asegurador, Ferrer&Ojeda junto con los departamentos de ingeniería tanto de la propia empresa como de las aseguradoras se crea un plan de mejoras en las diferentes ubicaciones de riesgo con recomendaciones de prevención de incendios y seguridad.